Diversidad sexual en el Sistema de Salud
Una nueva reunión del Seminario de Investigación en Bioética del Instituto Gioja tuvo lugar el pasado 25 de septiembre. En esta ocasión, Rosa Pappolla, pediatra y especialista en adolescencia, expuso sobre diversidad sexual en el sistema de salud.
En primer lugar, la expositora relató que el grupo de atención a personas transexuales empezó en el año 2005. Entendió que en nuestra sociedad la manera de vivir la sexualidad tiene que ver mucho más con las poblaciones occidentales. “Desde el principio se sabía que había diferentes culturas, distintas maneras de atravesar la sexualidad y de vincularse. Sin embargo, la ciencia puso hincapié en sus preferencias”, remarcó. De este modo, recordó que el ser humano se vincula solo por placer y por tener un continuo momento de satisfacción con otro, pero no solo por el hecho de la reproducción. “Ya en el siglo XXI tenemos al paradigma posmoderno y un montón de situaciones que tienden a ser inclusivas, a pesar de que todavía se ven muchas inequidades”, opinó.
En cuanto a la medicina, indicó que mediante la psiquiatría el sistema fue teniendo cambios ya que hace 15 años atrás si una persona decía que era homosexual era muy probable que se fuera del sistema de salud con interconsulta del psiquiatra y del psicólogo. “Hace muy poco tiempo que la homosexualidad salió del lugar de desviación, de ser algo que era contrario a lo normal”, expresó. Así, describió que recién en el año 2011 todos los estándares de cuidado rompen con la división binaria, estableciendo que ninguna identidad es patológica. “De esta manera se elimina la transexualidad como patología. Ahora es una variante más de la sexualidad”, manifestó. En lo que se refiere a nuestra ley, reseñó que está basada en la despatologización y en la aceptación de que todas las identidades y todas las orientaciones tienen derecho a existir y a convivir.
En lo que respecta a la identidad de género, observó que tiene que ver con el sentir y la vivencia de las personas. “El sexo y la sexualidad es una vivencia interna del género, tal como cada persona la siente, y la cual puede corresponder o no con el sexo asignado en el momento del nacimiento”, indicó. Asimismo, añadió que en la sexualidad se incluye la vivencia personal y esta puede involucrar la modificación de la función corporal por medios médicos, quirúrgicos o de otra índole. No obstante, subrayó que también puede haber otras expresiones de géneros: la vestimenta, el modo de hablar y los modales. “Nosotros, como tenemos ley, tenemos todos los cambios que hacen al atributo de identidad básica de las personas, como es el D.N.I”, evidenció. Consecuentemente, las personas, a través de la ley de identidad de género, pueden tener el D.N.I acorde, y no discordante, a su rol de género. Luego, analizó que los transexuales y los intersex son todas situaciones que tienen como punto en común el tratarse de personas que nacen con una desarmonía entre su sexo biológico y su identidad de género. “Lo que me interesa es ver qué situación de disconformidad tiene esa persona”, recalcó. En este sentido, la expositora aseveró que la identidad no se elige, sino que se devela y se reafirma, es decir, es ser uno o una misma.
En lo que respecta a la ley del país, reconoció que toma como autopercepción la palabra de la persona, de modo que no hace falta un test ni otro tipo de prueba. “Lo único que falta es la palabra de esa persona”, expresó.
“El sexo y la sexualidad es una vivencia interna del género, tal como cada persona la siente, y la cual puede corresponder o no con el sexo asignado en el momento del nacimiento”, indicó Rosa Pappolla.