Diálogos sobre la empresa y el Derecho Societario en reconocimiento a la trayectoria académica y docente del Profesor Titular Consulto Guillermo E. Ragazzi
Organizado por la Cátedra del Profesor Eduardo M. Favier Dubois (h), el pasado 5 de noviembre tuvo lugar en el Salón Azul de la Facultad el Encuentro Académico “Diálogos sobre la empresa y el Derecho Societario en reconocimiento a la trayectoria académica y docente del Profesor Titular Consulto Guillermo E. Ragazzi”.
En el acto de apertura, la Decana de la Facultad de Derecho, Dra. Mónica Pinto, dio la bienvenida y manifestó su placer por poder estar presente “porque cuando uno tiene que estar en ocasiones que son gratificantes, donde una Casa como ésta, amplia y plural, está tributando a uno de sus actores, el momento es de grato placer”.
Para concluir, comentó que el distinguido profesor conoce el Derecho y que todos deben prestarse a su ejercicio, que es debatir y discutir.
Posteriormente, el Departamento de Derecho Económico y Empresarial hizo entrega de un diploma al Dr. Ragazzi, en reconocimiento a su extensa y fértil trayectoria como Profesor Titular de esta Casa de estudios, agradeciéndole en nombre de todos los profesores que la componen, por sus esfuerzos y dedicación a favor de la enseñanza libre y pública.
Acto seguido, se dio comienzo al primer panel que trató el tema “La empresa y su rol social. Incertidumbres y certezas”, coordinado por el Dr. Guillermo Carreira González e integrado por los Dres. Héctor Alegría, Sebastián Balbín, Dante Cracogna, Raúl A. Etcheverry, Eduardo M. Favier Dubois (p), María Celia Marsilli, Carlos San Millán, y comentado por los Dres. Hugo Rossi y Graciela Junqueira.
En primer lugar, el Dr. Héctor Alegría hizo referencia a la responsabilidad social empresaria mencionando un antecedente español, que la definía como el cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración de voluntades para resolver la cuestión, estrategias políticas y procedimientos de las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de respeto a los Derechos Humanos, que surgen de la relación y el diálogo transparente con su grupo de interés, responsabilizándose así de las consecuencias y de los impactos que derivan de sus acciones; es decir, la trascendencia de la empresa en su rol dentro de una comunidad. De modo concluyente, expresó que el Derecho tiene mucho que ver con la responsabilidad social porque en el ámbito jurídico, el administrador debe proyectar su empresa en cuanto la ley se lo permita y poder suponer una gestión aprobable por los accionistas, y teniendo en cuenta que el valor que se trata de conseguir para la empresa en su inserción social no es el valor individual del accionista, sino el valor de ésta en la comunidad social.
Luego, el Dr. Raúl A. Etcheverry reconoció al Dr. Ragazzi como una de las personas de su mayor afecto. Explicó, a su vez, que su concentración estaría dirigida a subrayar la obsolescencia de nuestra legislación civil y comercial, por estar absolutamente atrasada. “Hay un desconocimiento programado y un poco interés por actualizar y mejorar estas instituciones; no hay regulaciones coherentes, modernas, que permitan tener el éxito que otros países tienen en sus empresas”, aseguró el disertante. Afirmó que en el país se está produciendo una enorme revolución en las ideas, una revolución social, que se debe entre otras cosas, al uso de los medios electrónicos. De esta manera, reflexionó que la superación de la falta de legislación moderna es un compromiso de todos, y que el Derecho actual debe ser extensible en todos los aspectos para permitir los negocios.
A continuación, el Dr. Sebastián Balbín abordó el tema de la participación que cabe a la “empresa no comercial” en el desarrollo de los mercados y la necesidad de su inclusión en los procesos de integración regional. En tal sentido, mencionó que para el Dr. Ragazzi las entidades u organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro emergen en nuestros días como respuesta a ciertos comportamientos o conductas sociales características de "modelos" de la cultura posmoderna. Marcó que el análisis de todo proceso de integración regional revela el alto contenido económico que lo irradia, lo que relega a un segundo plano a las organizaciones privadas sin fines de lucro. A su vez, identificó que la tarea de integración normativa con inclusión de asociaciones y fundaciones resulta probable; y que si se las observa, se verificará que aquellas que funcionan en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, tienen un origen común y presentan marcadas similitudes. Más aún, comentó que el Prof. Ragazzi vislumbra y propone un modelo único de Estatuto para asociaciones civiles sin fines de lucro, camino que ya recorre la Comunidad Económica Europea.
Concluyó su exposición afirmando que como todas estas formas asociativas actúan en el medio a través de una forma organizada como "empresa", su inclusión en el proceso de integración resulta, como adecuadamente señala el Prof. Ragazzi, insoslayable.
Seguidamente, el Dr. Dante Cracogna agradeció a los organizadores la oportunidad de sumarse al reconocimiento y se dispuso a hablar sobre la economía social, la cual definió como una economía que está al servicio de la satisfacción de las necesidades y no a la búsqueda de la ganancia como objetivo que no tiene limitaciones. Aclaró que a diferencia de la economía estatal, aquella es de naturaleza democrática, es decir que los que participan en las organizaciones que forman parte de ella son también actores que deciden acerca de las mismas. Examinó también que nuestro contexto jurídico todavía no tiene un suficiente desarrollo teórico. “En el ámbito económico, especialmente en los últimos años, se viene hablando acerca del tema y quizá los hechos de los últimos años han incentivado el interés por este sector de la economía; pero en el ámbito jurídico, todavía no nos hemos hecho cargo cabalmente de estas novedades”, expresó. Opinó entonces que éste es el mérito de Ragazzi, que nos incentiva con sus ideas y con su espíritu de iniciativa a abordar el tema para buscar una teoría jurídica que dé razón a una nueva forma de organización de la economía, que está llamada a desempeñar un papel de fundamental importancia en el mundo actual y futuro.
El Dr. Eduardo M. Favier Dubois (p) abordó el rol de la empresa en su función social. En este aspecto, explicó que había hurgado en la causa final de la empresa, que ésta podía tener grados que iban desde el cumplimiento del objeto hasta su ubicación en el bien común y que era allí donde la empresa tenía un rol social que cumplir, realizando ese bien común, que en esta materia significa realizar algunos valores éticos, referidos a la personalidad humana, a la comunidad y al medio ambiente. Observó que la socialización es una tendencia del mundo actual y, en tal sentido, entendió que en la socialización interna de la empresa aparecían distintos aspectos como la participación en los beneficios, en el control de a empresa, en la participación en la propiedad.
A su turno, hizo uso de la palabra la Dra. María Celia Marsilli, quien destacó tres facetas de la personalidad del Dr. Ragazzi: la integridad, la pasión y el compromiso. Afirmó así que en todas las actividades que ha desarrollado, se destacaron con intensidad estas condiciones, lo que ha hecho que su camino haya sido tan fructífero.
En cuanto al tema del panel, presentó tres certezas respecto a esta cuestión; la primera, que ya no se discute que la empresa tiene un rol social que no sólo comprende a los sujetos que hacen negocios, sino a todo tipo de organización. La segunda es la necesidad de determinar cuál va a ser la fuente en donde se va a abrevar la responsabilidad social empresaria, que tradicionalmente han sido los códigos de conducta, pero se está abriendo una tendencia a las legislaciones que deben delinear sus deberes. Por último, estimó que es también preciso determinar cuáles son los objetivos de la responsabilidad social empresaria.
Para dar cierre al primer panel, el Dr. Carlos San Millán, hizo alusión a la conexidad que existe entre los principios que hacen a la cuestión de la empresa y la personalidad de Guillermo Ragazzi, indicando que esta vinculación le permitió establecer cuáles eran todas las enseñanzas que venía brindando no sólo a sus alumnos, sino a sus amigos y compañeros de cátedra, y vincular su calidad humana con los aspectos éticos y morales más allá de los jurídicos. Luego aportó algunos principios esenciales universales como el bienestar común, la propiedad privada, la subsidiariedad, la participación, la solidaridad, la verdad, la libertad, la justicia, la iniciativa privada y de la empresa, e identificó que en síntesis, el objetivo de la empresa se debe llevar a cabo en término y con criterios económicos, pero sin descuidar los valores auténticos que permiten el desarrollo concreto de la persona y de la sociedad. Concluyó reconociendo que, justamente, este enfoque es el que lega Guillermo Ragazzi.
El segundo panel, coordinado por la Dra. Liliana Araldi e integrado por los Dres. Miguel Araya, Martín Arecha, Horacio P. Fargosi, Rafael M. Manóvil, Víctor Zamenfeld, Carlos S. Odriozola, Eduardo Roca y Alfredo L. Rovira, con comentarios a cargo de Carlos María Negri y José María Curá, trató el tema “El Derecho Societario y sus instituciones. Globalización y crisis. Actualidad y futuro”.
Las palabras de cierre estuvieron a cargo del Profesor Guillermo E. Ragazzi, quien recreó el debate socrático porque consideró que en un contexto de crisis es necesario pensar que el diálogo se construye cuando se reconoce y se respeta al prójimo. A su vez, destacó que desde la política, la economía y la propia sociedad, existe una demanda de cambio. Luego, precisó que “como secuela de la crisis, se ha planteado la revisión de ciertos dogmas sobre los cuales se ha construido hasta ahora el derecho de sociedades y la teoría de la empresa que, hasta no hace mucho tiempo, parecían insustituibles”. En tal sentido, se refirió a que en las últimas décadas el aumento de las demandas sociales como el cuidado del medio ambiente, el respeto a los derechos humanos y a la legislación laboral y la lucha contra la corrupción, parecen exigir la atención de las empresas sobre nuevos campos de trabajo y una mayor prudencia con respecto a los efectos de sus acciones en la sociedad.
Por último, hizo referencia a la noción de capital social como la capacidad de las personas para organizarse, para formar vínculos entre ellas y con la comunidad; vínculos de compromiso, cooperación, pertenencia e identidad. De modo que el capital social, conformado por los niveles de confianza, la capacidad de asociatividad, la conciencia cívica y los valores éticos predominantes, incide de modo decisivo en el crecimiento económico, el desarrollo sustentable, la calidad de la democracia y la fortaleza de las instituciones.