Desalojos masivos, violencia y economía. Herramientas técnico-conceptuales para el abordaje de conflictos territoriales en espacios urbanos, conurbanos, campesinos e indígenas
El 20 de noviembre, en el SUM del Instituto Gioja, se llevó adelante la actividad “Desalojos masivos, violencia y economía. Herramientas técnico-conceptuales para el abordaje de conflictos territoriales en espacios urbanos, conurbanos, campesinos e indígenas”, organizada por el Proyecto DeCyT: "Empresas transnacionales, recursos naturales y conflicto en América Latina - Para una visibilización de la violencia invisible".
El intercambio fue moderado por Silvia Contrafatto y Leandro Costanzo.
En primer lugar, Eduardo Reese (docente de la Licenciatura en Urbanismo) se propuso trabajar la relación entre políticas urbanas, mercado y conflicto socioterritorial en el área metropolitana: “Miramos la problemática desde la relación entre desigualdad y precariedad. Son los dos determinantes centrales de las situaciones de vulneración de muchos de los barrios y por lo tanto también de las circulaciones de violencia. No creemos que sea un problema estrictamente de pobreza el que define esas situaciones sino los determinantes previos a la pobreza”.
En tanto, Carla Gras (socióloga y doctora en el área de Geografía, UBA; e investigadora independiente del CONICET) destacó que “no podemos pensar ninguno de los conflictos o de las situaciones en torno de la tierra en manos de campesinos o indígenas o pequeños productores criollos si no lo ponemos en relación con la expansión de lo que llamamos el agronegocio”. Y añadió que se trata de una lógica de acumulación de capital que se sostiene en cuatro elementos: las biotecnologías, nuevas formas de organización de la producción, la conexión con el capital financiero y el modelo asociado a grandes escalas.
Luego Enrique Viale (abogado y especialista en Derecho Ambiental, UBA; y cofundador de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas) afirmó que “se pasó del consenso de Washington al consenso de los commodities que es esa aceptación pasiva de ser exportador de naturaleza como si fuera un destino y no una decisión geopolítica mundial que nos pone en ese lugar”. En ese sentido, planteó que “la sistemática trama que envuelve al extractivismo en Argentina más que una violación de los derechos humanos de tercera generación, que son los derechos ambientales, se convirtió en realidad en una violación sistemática de los derechos humanos de primera generación que son los del siglo XIX, los derechos a la vida, a la libertad, a manifestarse”.
A continuación, Sebastián Tedeschi (profesor de Filosofía del Derecho, UBA; y funcionario y coordinador de los Programas de DESC y de Diversidad Cultural de la DGN) remarcó que “nunca hubo una reforma agraria, un diseño jurídico en nuestro país que permitiera que las personas que llevan generaciones y generaciones de familias viviendo en un territorio sean propietarias de las tierras donde viven”. Y sumó que “el síntoma donde uno ve la conflictividad territorial en nuestros países, se da en general, a través de los desalojos o de los desplazamientos”. En esa misma línea argumental, explicó cuáles son los elementos comunes en el tratamiento jurídico de estos conflictos.
Por último, María Laura Böhm (profesora de la Facultad de Derecho y DAAD en la UBA) se ocupó de analizar los fenómenos de violencia asociados a los desalojos. “Cuando hablamos de violencia estructural hablamos de algo mucho más complejo que simplemente interferir en la libertad o la integridad física de otra persona. Tiene que ver con la imposibilidad de la realización de derechos y esto causado por obstáculos que podrían evitarse”, indicó. Y agregó que “hay determinadas comunicaciones o sistemas que impiden que haya derechos que se puedan realizar o necesidades básicas que se puedan cubrir”. De este modo, señaló que hay que entender la violencia física, los desplazamientos y los desalojos como síntoma de situaciones estructurales.