Democracia y principio de la diferencia
La cátedra de Derecho Constitucional de Roberto Gargarella y el Proyecto de Investigación UBACyT dirigido por Marcelo Alegre invitaron el pasado 30 de octubre a Jahel Queralt, integrante del Centro de Estudios Avanzados Justitia Amplificata de la Universidad Goethe de Frankfurt y autora del libro Igualdad, suerte y justicia, quien brindó una charla-debate en nuestra Facultad.
La charla versó sobre su interpretación del principio de la diferencia propuesto por Rawls. De esta manera, explicó que el principio es una exigencia que Rawls pone al tipo de desigualdades que pueden existir y que, de acuerdo con la interpretación canónica o estándar, estas desigualdades sociales y económicas están justificadas si proporcionan el máximo beneficio a los peor posicionados.
Queralt realizó ciertas consideraciones generales sobre el principio, importantes a la hora de interpretarlo y analizó sus condiciones de aplicación. Mencionó, además, que entre las objeciones planteadas, se encuentra la tolerancia a desigualdades injustas, y remarcó que mucha gente sostiene que este principio da una prioridad excesiva a los peor situados.
Analizó la interpretación exigente del principio por la que hay que maximizar la posición de los peor situados y dividiéndola así en una interpretación fuerte y débil.
Así, planteó la interpretación del principio como uno que nos exige elegir el sistema más productivo, combinando el principio de la diferencia con el de ahorro justo (principio que tiene prioridad y delimita cuánto recurso debe reservarse para la generación siguiente). De esta manera, se llega a una interpretación del principio de ahorro justo que es demasiado exigente y no deja espacio para que una comunidad pueda determinar qué sistema productivo quiere implementar.
Resaltó los criterios de distribución, descartando el maximizador.
Además, mencionó la concepción general de la justicia de Rawls por la cual la aplicación de los principios se realiza sólo cuando una sociedad tenga la riqueza económica suficiente para poder garantizar las libertades básicas. De esta manera, se debe distribuir lo necesario para garantizar este mínimo.
Cada sociedad debe poder decidir qué nivel de producción adoptar y sus implicaciones para los peor situados y todos.
El principio de la diferencia debe ayudar a decidir cómo debemos distribuir y no cuánto, siendo ésta la interpretación del principio es más plausible.
Jahel Queralt explicó que la interpretación del principio como uno que nos exige elegir el sistema más productivo, combinando el principio de la diferencia con el de ahorro justo.