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Año XVII - Edición 308 06 de septiembre de 2018

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Deleuze: filosofía de la diferencia y los ocho postulados del pensamiento dogmático

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En el Salón Verde, organizada por la Maestría en Filosofía del Derecho, el jueves 16 de agosto se llevó a cabo la charla “Deleuze: filosofía de la diferencia y los ocho postulados del pensamiento dogmático”. La presentación estuvo a cargo del profesor Augusto César Lapeyre.

El expositor comenzó explicando el concepto de diferencia del filósofo francés: “No es una diferencia que se comparen cosas actuales, sino que trata de pensar una diferencia pura, una diferencia libre, una diferencia salvaje. Y lo que encuentra es que la identidad lo que hace es obturar esa posibilidad de pensar la diferencia”. Y agregó que “no es que la identidad no es importante, él considera que la identidad es una potencia segunda, pero la primera potencia es la diferencia”.

En ese sentido, planteó que Deleuze considera que el mundo funciona en base a “diferencias y repeticiones, pero la repetición no es siempre lo mismo, sino que es repetición de lo diferente. La idea de que vos como multiplicidad estás repitiendo singularidades”.

A continuación, introdujo la cuestión del derecho. “Hume dice que lo que tenemos que pensar es que el derecho, las instituciones tienen que funcionar como empresas inventadas para satisfacer mejor los deseos humanos e incluso inventar nuevos deseos, no es una cuestión de limitación sino que es una cuestión de inventar incluso artificialmente las instituciones y las normatividades que permitan hacernos crecer el deseo o satisfacer mejor el deseo”, sostuvo.

Deleuze planteaba que debería existir una ciencia de las imágenes del pensamiento, y en este caso, el orador se preguntó cuál sería la imagen del derecho. “El pensamiento representativo está basado en el primado de la identidad, hay diversas maneras de conceptualizarlo, y él dice que este primado de la identidad impide pensar las diferencias, impide pensar la potencia que además es real”, afirmó. Y añadió “Es una realidad que no es existente como la realidad de la musculatura, se llama insistente o subsistente y es una realidad subrepresentativa. Si vos le das demasiada importancia a las realidades representativas, descuidás toda la potencia que hay en el sistema porque te concentrás solamente en las cosas actuales”.

El filósofo francés está tratando de pensar cómo pensar la multiplicidad sin trascendencia. “Al plano de inmanencia le tenés que quitar toda posición sedentaria o toda posición trascendente. Le tenés que quitar al general, tenés que quitar al yo. Más que generalizar lo que hay que hacer es pensar en términos de universalidad y en términos de generalidad”, afirmó. Seguidamente, aclaró que Deleuze aspiraba a un pensamiento sin imagen, pensar sin estar condicionado por nada. “Para pensar auténticamente o genuinamente tenemos que invertir el platonismo, implica sacarse de encima el sistema modelo-copia”, aseguró Lapeyre.