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Año XVIII - Edición 325 05 de septiembre de 2019

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Conversaciones con el profesor Miguel Sarré

  • Notas

El pasado 6 de agosto, en la Sala de Audiencias, tuvo lugar la actividad titulada "Conversaciones con el profesor Miguel Sarré". Organizó el Centro de Estudios de Ejecución Penal.

Miguel Sarré es abogado por la Escuela Libre de Derecho, México y maestro en Derecho por la Universidad de Notre Dame, EUA. Fue el primer ombudsman en la vida pública de México y, durante ocho años, fue integrante del Subcomité para la Prevención de la Tortura de la ONU. Dedicado a la investigación, docencia e incidencia en materia de ejecución penal. Es profesor de Derecho en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

En primer lugar, Leonardo Pitlevnik presentó al expositor y destacó que el encuentro “tiene que ver con la posibilidad de discutir algunas cuestiones relativas con la reforma penitenciaria en México, que es una reforma revolucionaria”.

A su turno, Miguel Sarré explicó que “es una ley pensada desde el punto de vista de la persona más vulnerable, de la persona privada de la libertad. Un ordenamiento de tipo básicamente procesal”. Y agregó que “sería el instrumento que regula la interacción de los distintos sujetos que participan en la vida en reclusión pero se concibe todo como un sistema de justicia, de justicia de ejecución”.

En esa misma línea argumental, planteó que la reforma se propone un “objetivo secular, terrenal, presente. No queremos distraernos con el más allá, es decir, con el qué pasa después de que un recluso recupera la libertad o con el antes, qué pasó, porqué se cometió el delito. Lo que pasó antes le corresponde al juez del proceso y lo que pase después le corresponde al propio sujeto que es un sujeto libre y autónomo”. Y sumó que “la buena prisión es aquella que garantiza un estado de legalidad, de legalidad más allá del mero cumplimiento de la norma, en el sentido de un sistema de derechos humanos en reclusión”.

En relación con la pena, la normativa se basa en la idea de “ya que se está aquí, porque la pena es estar aquí determinado tiempo, pues vamos a estar aquí conforme a ciertas reglas para la convivencia. Esas reglas implican el aprovechamiento de servicios. Hablamos de servicios en sentido de servicio público”. Luego explicó el sistema de máximos impuestos y mínimos posibles de las penas.

Seguidamente, indicó que “bajo esta perspectiva no tienen ningún sentido avanzar o progresar, hablar de etapas sino hablar de una temporalidad uniforme donde cada día se tienen que hacer efectivos los derechos que corresponden a ese día. El objetivo está en cumplir la temporalidad establecida pero sin un objetivo sobre la persona”.