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Año XIV - Edición 245 09 de abril de 2015

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Controversias sobre la desigualdad en Argentina

  • Notas

El pasado 16 de marzo tuvo lugar en el Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja” un nuevo encuentro del Seminario Permanente “Derechos Sociales y Políticas Públicas” que en esta ocasión versó sobre “Controversias sobre la desigualdad en Argentina 2003-2013”. La exposición estuvo a cargo de Gabriel Kessler, miembro del CONICET y profesor de la Universidad Nacional de La Plata.

Para comenzar, Gabriel Kessler indicó que su exposición se sostenía en base a ciertas ideas fundamentales desarrolladas en el libro “Controversias sobre la desigualdad en Argentina 2003-2013”. Así, comentó que decidió investigar las cuestiones relacionadas al tema desigualdad, no solo por el hecho de haber sido un concepto clave en el lenguaje de los actores políticos de la época, sino también porque, a su parecer, era una deuda pendiente de las ciencias sociales latinoamericanas, en cuanto a la falta de teorizaciones y análisis conceptuales.

Seguidamente, compartió la hipótesis que plantea en su libro: “En la década transcurrida pueden señalarse tendencias hacia una disminución de las desigualdades sociales y, al mismo tiempo, hacia la perdurabilidad o, aún, el incremento de determinadas desigualdades”. Asimismo, enunció una serie de interrogantes que lo guiaron en su investigación sobre igualdad/desigualdad.

En primer lugar, se refirió a la dimensión de la división de ingresos y el mercado de trabajo, donde explicó que se pueden encontrar, hasta el año 2010, los mayores logros en términos de igualdad y desigualdad. Esos logros se ven en los indicadores de disminución de la tasa de pobreza y disminución del coeficiente de Gini, como indicador de la desigualdad entre hogares y personas. Sin embargo, indicó que la distribución funcional entre capital y trabajo no muestra en Latinoamérica una mejora, particularmente, en Argentina. A partir de esto, opinó que únicamente el análisis del coeficiente Gini no permite postular una mejora de la desigualdad. “La caída del Gini es una condición necesaria pero no suficiente para la apología de la caída de la desigualdad que vemos en la región”, estimó.

Como segundo punto de su análisis, Kessler hizo mención a la educación. Destacó que en dicho ámbito se observan mayores inversiones e inclusiones en todos los sectores, si bien existe una disminución de la velocidad del incremento de la educación media. Adicionó que, desde una lente de igualdad/desigualdad, se observa una tendencia decreciente a las diferencias de años de educación entre las distintas clases sociales en la medida en que desciende la edad. No obstante, enunció que los indicadores internacionales de los que disponemos para comparar no nos favorecen.

A continuación, el expositor trató el tema salud y caracterizó a la Argentina como un país que tiene un perfil dual dado que mantiene enfermedades de desarrollo (por ejemplo, mal de Chagas) y enfermedades típicas de sociedades que han progresado (enfermedades cardiovasculares, cáncer, entre otras). De este modo, “este perfil dual nos lleva a que para mirar igualdad/desigualdad tenga que tomar distintos tipos de indicadores, los cuales si bien denotan una mejoría en todos los aspectos, dejan ver que a nuestro país le fue peor que a otros países en igual período y, además, gastando menos”, explicó. Como consecuencia, manifestó que esta situación le imposibilita justipreciar una mejora.

Posteriormente, trasladó su análisis a la comparación entre las villas de emergencia y el trazado urbano. En este sentido, argumentó que las brechas entre dichos sectores aumentan. “Los sectores pobres quedan aislados, confinados, en las pocas tierras que son dejadas de lado por el mercado inmobiliario”, explicó. Asimismo, remarcó que la falta de políticas de regulación de la tierra, de quién se apropia la totalidad de la venta urbana, torna difícil la posibilidad de tener políticas de vivienda que puedan surtir efecto.

Hacia el final de su ponencia, optó por tratar la cuestión que envuelve a las zonas más relegadas del país. “Hay una escasa visibilidad pública de las periferias de las periferias”, examinó. A su vez, evocó que para que sea posible quebrar la expansión de la desigualdad es necesario que se implementen políticas territoriales que impongan un límite y permitan generar infraestructura pública. El expositor concluyó su discurso haciendo referencia al impacto de la reactivación económica en el delito.

“Los sectores pobres quedan aislados, confinados, en las pocas tierras que son dejadas de lado por el mercado inmobiliario”, explicó el Dr. Gabriel Kessler.