Constitución para vulnerables: los derechos de la niñez en emergencia
El pasado miércoles 28 de mayo el Centro de Graduados organizó, a través de su cuenta oficial de Instagram, el taller titulado “Constitución para vulnerables: los derechos de la niñez en emergencia”. El mismo estuvo a cargo del Guido Risso, graduado y docente de la Facultad.
De modo introductorio y en relación a la afectación que produce el confinamiento obligatorio en niños, niñas y adolescente expresó: “Me resulta un tema sumamente sensible porque se refiere a un sector extremadamente vulnerable como lo es la infancia. Es una porción de la sociedad que no tiene capacidad de organización ni se puede agrupar en una cámara con poder de lobby. Tampoco votan y en los procesos de toma de decisiones sus opiniones, obviamente, no son escuchadas. De modo que, a mi parecer, consideró que es el sector más vulnerable durante el aislamiento”.
Sobre la validez jurídica de la extensión de la cuarentena, opinó: “Entiendo que el confinamiento radical y extremo en el que se encuentra la infancia es abrumadoramente inconstitucional. Es discriminatorio e inaceptable moralmente. Tengamos en cuenta que los niños fueron abruptamente arrancados de sus rutinas. De un día hacia el otro dejaron de ver a sus abuelos, de ir al colegio, de estar con sus amigos, de ver el sol y en muchísimos casos de hasta tomar un poco de aire puro. Es decir, los niños fueron confinados al extremo y sin ningún tipo de excepción como tenía el resto de la sociedad que podía salir a la calle para ir a comprar algo a la farmacia o al supermercado”.
Por otro lado, comentó que la niñez también fue altamente estigmatizada durante el primer período de la cuarentena porque se creía que era el sector que más contagiaba el COVID-19. Sin embargo, resaltó que todavía no existen fundamentos científicos concretos que lo acrediten, y que por lo tanto, afirmarlo es un acto de discriminación.
Respecto a la opinión de los organismos internacionales, afirmó que el Comité de los Derechos del Niño de la ONU le advirtió a los Estados Miembros sobre el grave impacto físico, emocional y psicológico que genera el aislamiento en la infancia, y que en ese orden de ideas, les reclamó que deben garantizar que las diferentes medidas tomadas para contener la pandemia, incluida la restricción de derechos, respeten el principio del interés superior del niño. Argumentó, también, que nuestro país al ser Estado Parte debe pensar soluciones alternativas y creativas para asegurarse que los niños tengan la posibilidad de disfrutar de sus derechos durante el confinamiento obligatorio.
Hacia el final y haciendo una breve crítica a la posición que han tomado los referentes del Derecho Constitucional aseveró: “El constitucionalista muchas veces por observar el universo y las estrellas no observa lo que tiene a dos metros de distancia. Esos grandes discursos hablando de grandes cosas me resultan constitucionalmente perturbadores porque tienen un modo de observar la realidad distante. La salud de la infancia está en peligro y la sociedad adulta tiene la obligación ética y moral de entender la gravedad del encierro extremo, y por eso, debemos generar una suerte de conciencia constitucional y de pensamiento crítico en toda la comunidad académica”.