Conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
El pasado 26 de noviembre la Facultad conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Organizaron la actividad: el Programa Género y Derecho, el Área de Igualdad de Género y Diversidad para estudiantes y Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil.
En primer lugar, se llevó adelante en el Salón Rojo el panel "La Universidad en clave de género. A 100 años de la reforma universitaria".
En este marco, brindaron su aporte Carolina Mera (decana de la Facultad de Ciencias Sociales-UBA), Cristina Arranz (decana de la Facultad de Farmacia y Bioquímica-UBA), Graciela Morgade (decana de la Facultad de Filosofía y Letras-UBA) y Adriana Kantolic (vicedecana de la Facultad de Agronomía-UBA), cuyas ponencias moderó Laura Pautassi (directora del Programa de Género y Derecho) e introdujo el vicedecano Marcelo Gebhardt.
Laura Pautassi comenzó diciendo que “en la recuperación de la Reforma Universitaria de 1918 surge la pregunta ‘¿Había mujeres?’. Nosotras desde un programa de Género y Derecho que llevamos adelante en esta Facultad nos preguntamos y creemos fervientemente en la necesidad de hacer visibles las voces de las mujeres, la perspectiva de género, la transformación del enfoque de género, el gran aporte del feminismo teórico y también práctico”. En este sentido citó una serie de textos contraponiendo el Manifiesto Liminar. En primer lugar, se refirió a un texto de una estudiante de la Universidad Nacional de Córdoba, Ofelia Grandoli.
Cristina Arranz expuso desde el marco de las ciencias de la salud cómo de alguna manera se puede observar que determinadas acciones pueden generar violencia más allá de la violencia física. Desarrolló luego que “el derecho a estudiar en la universidad las mujeres lo fueron adquiriendo como pudieron y lo lograron gracias a que hubo mujeres que encontraron todos los medios para hacerlo, ya sea mediante solicitudes de distintos tipos, disputas legales y mentiras porque algunas hasta se disfrazaban de hombres para lograr estudiar”.
Contó que sesenta años después de la creación de la UBA se recibió la primera universitaria de farmacéutica y enfatizó que todas las mujeres de la época que fueron logrando recibirse tuvieron un importantísimo compromiso social y político, aunque no eran consideradas ciudadanas. Más adelante, presentó las cifras de la UBA hasta el 2011 con relación a los puestos de profesores y auxiliares integrados por mujeres y hombres. En 1992 profesores varones eran el 68, 7% y mujeres el 31, 3%. En el 2011, hay 56, 5% de profesores, con lo cual el porcentaje de mujeres se incrementó.
Carolina Mera manifestó que “le debemos a la Reforma la autonomía universitaria con todo lo que eso implica y que también debería ser hoy rediscutido en función de los cambios que ha ido sufriendo nuestra sociedad”. Otros de los logros de la reforma, afirmó, fue el cogobierno. Asimismo, se refirió a la aparición de la extensión como parte de la relación entre el conocimiento científico producido por la universidad y la sociedad toda. “Esto tuvo que ver con la propuesta de transformación del tipo de conocimiento que producía la universidad para la sociedad al proponer esa producción profesionalista pero además científica, ahí aparece la necesidad de volver a relacionar esa producción a la sociedad y lo van a pensar con la extensión”, indicó.
Por otra parte, subrayó: “Retomando el espíritu emancipatorio y transformador, el desafío hoy al pensar la reforma universitaria debería ser el de poder incorporar nuevos saberes a la producción de conocimiento, entendiendo ahora que la producción de conocimiento científico es una y la universidad, si se pretende universalista, debería poder asumirse como tal”, y reflexionó que “nuevas visiones del mundo, modos de aprendizaje, sistemas de valores que nos los acercan esos otros que no están necesariamente incorporados en los mecanismos de producción del conocimiento, me refiero desde poblaciones de otros continentes y también a los pueblos originarios y a las disidencias sexuales”.
Adriana Kantolic expuso que en la Facultad de Agronomía el número de graduadas mujeres fue aumentando considerablemente y en las últimas décadas una parte de eso tiene que ver con una apertura de lo que son las carreras de la Facultad. Además, detalló que “la ingeniería agronómica es una carrera y una profesión donde las mujeres tienen que abrirse mucho el camino”, y añadió que “hoy las nodocentes de la Facultad de Agronomía superan la mitad y la superan en todas las categorías. Si uno se fija el personal de campo es mayormente masculino y el administrativo es mayormente femenino pero por lo menos no nos encontramos con una pirámide desagradable”.
Seguidamente, se refirió a Clotilde Jauch, que fue una de las graduadas de las primeras épocas de la Facultad en 1937 con diploma de honor y resaltó que “es un ícono porque fue la primera profesora titular mujer que hubo en la Facultad y fue la que abrió las puertas de su cátedra a Marcela Galli, que es nuestra decana”.
Graciela Morgade comenzó diciendo que “los feminismos tenemos un capital de conocimiento, de militancia y de experiencia que realmente es para celebrar”. Sostuvo más adelante que “la docencia, la investigación y la vinculación territorial no son solo tres funciones de la universidad sino que forman parte integral de lo que la universidad tiene que hacer”. Sin embargo, puntualizó que “hay muchas dimensiones de las universidades en general y de la UBA en particular que tienen mucho para transformar en el mismo sentido del espíritu reformista y básicamente creo que tiene que ver con la cuestión de la construcción y el fundamento de la autoridad”. En este marco, expresó que “la UBA no pudo modificar su estatuto ni su claustro de profesores y vivimos en una universidad que tiene un claustro de profesores al que es muy difícil llegar y creo que esto también forma parte de lo que tenemos que discutir: las formas de construcción de poder que tienen raíces patriarcales”. También señaló: “Si pensamos a la perspectiva de género como una perspectiva crítica, necesariamente tenemos que hacer una crítica de la vida cotidiana y de las relaciones de poder sin que esto espante a nadie”.
Más tarde, en las escalinatas de la Facultad se realizaron diversas intervenciones artísticas y actividades culturales de escuelas Superiores de Educación Artística en Danza dependientes de la Dirección de Educación Artística del Ministerio de Educación e Innovación de la Ciudad. Luego el decano Alberto J. Bueres dirigió unas palabras a los y las asistentes y presentó el Área de Igualdad de Género y Diversidad para estudiantes. “Los actos violentos que colocan a la mujer en un repudiable estado de subordinación contribuyen a seguir con una práctica de antigua data que entrañan violencia familiar, la violencia en las relaciones interpersonales y la violencia en las decisiones sobre salud sexual y reproductiva”, indicó y recordó: “Nuestro país ha participado en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer”. En este marco, enfatizó: “El Estado debe adoptar todas las medidas a su alcance para hacer realidad esa protección y para sancionar cualquier acto de violencia. Por lo demás hoy día nadie puede dudar acerca de la necesidad de dictar normas en esta dirección pero también deben modificarse sustancialmente los criterios culturales”.
En cuanto al Área de Igualdad de Género y Diversidad para Estudiantes, explicó que su función es realizar campañas de prevención y difusión para los y las estudiantes, implementar y recibir denuncias y consultas provenientes de estudiantes ante situaciones de violencia o discriminación en cualquiera de sus formas, coordinar actividades dirigidas a hacer evidente la perspectiva de género e incorporarla a la formación académica, constituir un equipo interdisciplinar que asesore a las personas damnificadas.
Para concretar estas actividades ha sido designada Cristina Carreras Lobo, quien puso de manifiesto la importancia de entender que el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer “es una forma de denunciar la violencia sistemática que sufrimos las mujeres en todos los ámbitos y viene a reclamar las políticas públicas necesarias para erradicar este tipo de conductas de nuestra sociedad”. También expresó que la idea es continuar con el trabajo que viene haciendo la Facultad y las autoridades conjuntamente con el programa de Género y Derecho. “Vamos a seguir trabajando con la implementación del protocolo contra la violencia de género institucional siendo conscientes y con el objetivo claro de los principios que establece este protocolo”, concluyó.
“Vamos a seguir trabajando con la implementación del protocolo contra la violencia de género institucional siendo conscientes y con el objetivo claro de los principios que establece este protocolo”, concluyó Cristina Carreras Lobo.