Conferencia “Desafíos del Mercosur”
Atilio Borón disertó sobre “La creación de un ideario común del MERCOSUR, de un sentimiento regional”. Advirtió que los procesos son más políticos que económicos, al tiempo que expuso una evaluación de la situación mundial actual en materia de integración y sus derivaciones en nuestra región. Denunció que los esfuerzos del ALCA están intrínsecamente relacionados con la política militar de los Estados Unidos, siendo lo económico un factor secundario. Citó interesantes documentos del departamento de defensa EEUU en relación a este tema. Manifestó que, en cierta medida, la sola existencia del MERCOSUR sirve de escollo a la actual hegemonía norteamericana.
A continuación, lamentó la ausencia de un pensamiento político-estratégico desarrollado en el ámbito del MERCOSUR, reflejándose así la existencia de dispares políticas de cada uno de sus miembros. Sentenció que, de existir una política consensuada se podría configurar un marco adecuado para la renegociación de la deuda. Dentro de este marco, un MERCOSUR que posibilitara una política conjunta reportaría beneficios contundentes, en especial si se atiende a la proporción que representan las deudas de Argentina y Brasil en el total de los créditos otorgados por los organismos multilaterales. A modo de conclusión, insistió en el carácter político del MERCOSUR y la necesidad de una decisiva voluntad política, principalmente de Argentina y Brasil.
Eduardo Conesa, adentrándose en cuestiones relativas a “La integración con Brasil como pilar fundamental del proceso de integración”, coincidió con el Dr. Borón en cuanto la integración requiere voluntad política. Así, señaló que para la conformación de la Unión Europea, la amenaza constante que representaba el régimen soviético para Europa configuró un factor decisivo. Tanto es así que Alemania occidental instó a su histórico enemigo francés a formar un bloque económico y político de integración. Explicó cómo se desenvolvió el proceso histórico de integración europea, recalcando que todo proceso de éste tipo requerirá siempre de un primer motor político, que en América Latina es muy débil. Abordó particularmente los beneficios económicos de la relación argentino-brasileña dentro del marco del MERCOSUR en los últimos años. Asimismo, se explayó sobre otro problema conectado con la integración llamado “factor price equalizing theory”. Explicó que los factores de producción deberían equipararse si se integran los dos países, comentando a modo de ejemplo que los salarios de Argentina no han bajado al nivel de los de Brasil. Esto impidió que entrara en vigor un tratado sobre la total movilidad de los factores productivos. Condicionó la posibilidad de adoptar una Moneda común con Brasil a que, contrariamente a lo que sucede en la actualidad, el ciclo económico de ambos países se mueva en un mismo sentido. Aclaró que ello sucederá en la medida de que exista una gran cantidad de comercio entre ambos países y una perfecta movilidad del factor trabajo.
Sandra Negro consideró las cuestiones atinentes a “La negociación como bloque del MERCOSUR en el ámbito internacional”. Mencionó que estamos presenciando síntomas de una reactivación desde 2003 mediante un nuevo planteamiento de la Secretaría del MERCOSUR. También evidenció la decisión de crear un Parlamento del MERCOSUR, en lugar de la existente Comisión Parlamentaria Conjunta a fin de acrecentar la participación de los ciudadanos y contrarrestar el déficit democrático de los procesos de integración. Del mismo modo, adelantó que se creó el Instituto Monetario con la intención de arribar a una moneda común. En relación al Protocolo de Olivos sobre solución de controversias, explicó que el MERCOSUR contará con un tribunal arbitral permanente y que en dicho instrumento se incluyó una cláusula de opción del foro. En cuanto al plano externo del MERCOSUR, destacó la adopción en 1994 del Protocolo de Ouro Preto como uno de los aspectos fundamentales, que dotó de personalidad jurídica internacional al MERCOSUR, con la consecuente capacidad para celebrar tratados. Gracias a ello, en 1996 se acordó a Chile y Bolivia el carácter de Estados asociados al MERCOSUR y, según apuntó, es inminente la posibilidad de una asociación con Perú y con la Comunidad Andina.