Clases magistrales a cargo de Prof. Titulares, Asociados y Eméritos. Departamento de Derecho Penal y Criminología
En el Salón de Actos, el pasado 24 de junio, comenzó el Ciclo de clases magistrales a cargo de Profesores/as Titulares, Asociados y Eméritos del Departamento de Derecho Penal y Criminología. En esta oportunidad se llevó a cabo la conferencia “Los desafíos del derecho penal frente a la crueldad”, a cargo del profesor Raúl E. Zaffaroni. En tanto, el 4 de julio, intervino el profesor Mario Villar sobre “La relación entre la teoría de la imputación objetiva y las teorías de la justificación del castigo”. Por otro lado, el 15 de agosto, el profesor Eugenio C. Sarrabayrouse expuso sobre “El estado de la legislación procesal penal argentina”.
Los desafíos del derecho penal frente a la crueldad
Para comenzar, Gabriela Gusis se encargó de presentar al profesor Raúl E. Zaffaroni. El mismo, dio inicio a las clases magistrales recordando a Lucila Larrandart. “Una extraordinaria docente, excelente jueza y que sucedió a este departamento”, expresó.
Al inicio, afirmó que “el poder punitivo siempre es cruel”. Sobre los desafíos del mismo derecho penal, aclaró que es necesario antes entender lo qué es el derecho penal. “La entienden como la ley penal de los políticos”, analizó y aclaró que “se la entiende como el poder punitivo y cómo este se usa para resolver las cosas”. Sin embargo, sostuvo que “no me voy a fijar en ellas, sino en una tercera, la cual es el sentido del penalismo, de nuestra ciencia jurídico penal”. “Voy a enfocarme en los desafíos que tiene nuestra ciencia jurídico penal en la actualidad y qué interpretamos con nuestra ciencia interpretativa, que naturalmente se maneja con nuestra metodología dogmática, formulada en el siglo XIX”, planteó.
Pasó entonces a hablar del trabajo de los/as penalistas, se enfocó en el contexto que incluye como elementos importantes lo social, económico, político y cultural. “Este no es regional sino mundial y proviene de una forma de adquisición de conocimiento que hoy está en crisis”, indicó. Para explicar la crisis, citó a Francis Bacon, que definió al conocimiento “como una herramienta para dominar a la naturaleza”. En ese marco, se preguntó: “¿Para qué dominar a la naturaleza?”. Al no encontrar respuesta, Zaffaroni explicó que esta corriente de pensamiento ha causado un desarrollo tecnológico con capacidad de destrucción física, incluso una eliminación del carácter psicológico. “Este tipo de dominación es muy peligrosa para nuestras democracias”, reflexionó.
Continúo hablando sobre el panorama actual del mundo y describió un presente pesimista. “Con guerras, catástrofes climáticas”, puntualizó. En esa misma línea, hizo referencia a los organismos internacionales. “Ninguno parece tener la capacidad para frenar esto”. Por otro lado, se enfocó en el neocolonialismo y los crímenes violentos y lo relacionó con los estados atrofiados y la facilidad de controlarlos. En ese sentido, sobre los crímenes violentos reconoció que los índices de muertes“son los más altos del mundo”. Además, trajo a colación la población carcelaria. “Los datos nos hablan de un 95 por ciento de hombres y un 5 por ciento de mujeres”, expresó. En cuanto al orden interno de las prisiones, enfatizó que “es dominado por las bandas carcelarias, que someten a explotación a otros, produciendo los famosos motines”. “Nos lleva a estas situaciones de deterioro de nuestras instituciones carcelarias, que pasan a ser campos de concentración”, señaló.
Para finalizar, aludió a las vías de prevención positivas e incluyó las medidas terapéuticas. Más adelante en su exposición, concluyó con una reflexión sobre el trabajo a futuro en materia de policía criminal. “Tenemos que nutrir y dar respuesta saludable a los problemas que nos plantea el mundo”, manifestó. Esto se logra si los/as jueces y juezas “salen de su confort burocrático” y respecto los/as penalistas “salen de su realidad cómoda”. “Tenemos que salvar a la dogmática, pero con datos de realidad, garantizando la dinámica democrática de nuestra sociedad”, apuntó.
La relación entre la teoría de la imputación objetiva y las teorías de la justificación del castigo
Al inicio, Mario Villar realizó una breve presentación y estableció la relación entre la teoría de imputación objetiva y la teoría de prevención positiva. Rápidamente, compartió un ejemplo, un caso hipotético, en el que un alumno dormido en una clase se exalta por el sonido anormal de un micrófono y sufre un ataque cardíaco. En ese momento, un profesor utilizaba el micrófono para dar una clase. En este marco, la primera pregunta que formuló fue si se le puede atribuir esa muerte. Lo que lo llevó hacia una pregunta más compleja:“¿Es responsable?”. Repasó entonces el caso, primero hablando de la muerte del estudiante debido al tono elevado del profesor. Abordó la teoría causalista, que establece que si uno quita al profesor y al micrófono, no hay muerte. A esto, además, le agregó un posible dolo: “El profesor vio al alumno dormido y enojado habló más fuerte”. “Al derecho penal nada de lo anterior le importa”, expresó. La solución recae, en sus palabras, en la imputación objetiva. “Porque uno debe preguntarse si el riesgo era prohibido”, manifestó.
A continuación, comentó la teoría de la imputación objetiva. “Que todo el tiempo estamos dañando algo, consumiendo los bienes jurídicos”, analizó. De esta teoría, retomó a Friedrich Hegel por el peso que tiene la imputación objetiva en sus obras. “Para él, está el derecho abstracto, con los derechos a la vida y a la propiedad, la moralidad, que se vincula con el valor de la acción de una persona y la eticidad, que es la vida de la comunidad, donde los que la conforman viven bajo la razón según su cultura”, comentó. Aclaró que la imputación objetiva está relacionada con la primera. “Por eso uno es libre porque está respetando los derechos del otro”, remarcó. De la última, brindó un ejemplo de cuando una norma deja de estar acorde a la sociedad. “Esta suele quitarse, como en el caso del adulterio”, expresó.
Dentro del plano de lo objetivo, habló de las conductas infra derogatorias y las supererogatorias. En ambas, explicó que la persona debe responder por sus acciones. Con respecto a la segunda, profundizó que ocurre “cuando uno quiere ser un héroe”. Para ejemplificar, trajo a colación un caso ocurrido en Francia. “Donde un chiquito estaba colgado y un señor lo salvó, este señor en su carácter de inmigrante ilegal, recibió una medalla y la ciudadanía francesa”, expresó. “¿Qué pasaría si no lograba salvarlo, y al hombre, se le cayera el niño?”, se preguntó. El conflicto recae, entonces, si la persona responde o no. Si la intención estaba o no, no importa, como en el caso del micrófono, casualidad hay. “¿Pero hay un riesgo prohibido?, ¿Estaba habilitado para hacer un salvamento?”, se interrogó y sumó que “claro que no, es el estado que tiene los medios, por lo tanto, creó un riesgo desvalorado”. Después se puede discutir si hubo estado de necesidad. “Igualmente es parte de otro estadío de la teoría del derecho”. Volviendo al caso del niño, agregó: “Si él lo salva, igualmente está incurriendo en el riesgo prohibido. Nada más que no hay consecuencia negativa, por lo tanto, hay algo parecido a la tentativa”, expresó. Concluyó, que no importa la intención que tenga, el riesgo creado está.
Sobre la prevención general positiva, comentó: “Es una teoría de merecimiento y necesidad”. Y agregó que “no a todos los que se comunican contra el derecho se les debe comunicar con una pena”. Esto da espacio a la disminución como la eliminación de la pena.
El estado de la legislación procesal penal argentina
Eugenio C. Sarrabayrouse remarcó la importancia de la narración de la historia del derecho procesal federal y ubicarla en el contexto actual. “Esto es asintomático para entender el contexto actual”, postuló. En esa misma línea argumental, analizó temas como la competencia federal. “Donde se vió la concepción, en el año 1986, un sistema de procedimiento”, aclaró. Hizo hincapié en la eliminacion de la tortura y la exportacion del Código a todo Latinoamérica. En ese marco, recomendó un trabajo de Langer. “Que analiza la expansión del proyecto”, señaló. Entre las razones del fracaso del proyecto a nivel nacional, puntualizó que “durante el gobierno de Menem, se sancionó un código más afín ideológicamente a él”.
Seguidamente, comentó sobre lo que denominó “el santo grial de la reforma”. La misma consistió, sobre todo, en el juicio oral y público. Esto luego lo llevó a hablar de la implementación del sistema acusatorio.
A continuación, habló sobre los problemas que trae principalmente por las carencias en el estudio de la organización judicial. “La cantidad de trabajo y con dependencias alborotadas, esto está mal pensado”, indicó. Asimismo, señaló una serie de cuestiones relevantes: el flujo de casos, la complejidad de éstos y cuántos se pueden resolver.