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Año XVII - Edición 308 06 de septiembre de 2018

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Biopolítica y desarrollo. Una respuesta a la desintegración social

  • Notas

El pasado 9 de agosto en el Salón Verde se llevó adelante la actividad "Biopolítica y desarrollo. Una respuesta a la desintegración social", coordinada por Jorge Berbere Delgado. Organizaron en conjunto el Seminario Permanente de Investigación en Bioética del Gioja y el Departamento de Ciencias Sociales.

En primer lugar, Jorge Berbere Delgado introdujo que “tenemos que repensar qué tipo de ser humano queremos, qué tipo de economía queremos, qué tipo de vinculación con los otros seres humanos queremos y de qué manera hoy nos encontramos en un mundo globalizado, en un mundo donde estamos animalizando al ser humano cada día más”.
Seguidamente, Augusto Pérez Lindo (doctor en Filosofía) comenzó diciendo que “estamos en un contexto de mucha agresividad y mucha violencia”. Asimismo, sostuvo que detrás de los hechos de violencia hay procesos de desintegración social, como la crisis de los vínculos familiares y la crisis del contrato social.

Por otro lado, se refirió al concepto de bioética, que surge como una aplicación para problemas puntuales de ética médica y ética profesional. “La bioética se fue extendiendo a un nivel más amplio hasta la Declaración Internacional sobre Bioética y Derechos Humanos”, recordó y afirmó: “En el camino también aparece en claro que la bioética no puede ser un mero instrumento circunstancial para casos médicos concretos, sino que hay que pensar las relaciones humanas en términos de bioética, o sea una bioética social: una biopolítica”.

Luego, Enrique Del Percio se enfocó en la obra El nacimiento de la biopolítica que es cuando Michel Foucault va a teorizar en su forma más sistemática el problema de la biopolítica. “Él advierte que hay un cambio fundamental entre el liberalismo y el neoliberalismo que está dado porque el homo oeconomicus propio del liberalismo era el homo oeconomicus de los intercambios en una economía de intercambios, mientras que el homo oeconomicus propio del neoliberalismo es el homo oeconomicus de la competencia”, desarrolló. En esta línea, analizó que si nosotros pensamos la economía en términos de intercambio, hay una cierta relación de igualdad entre todos. Si en cambio la pensamos en términos de competencia siempre va a haber unos que ganen y otros que pierdan” y agregó: “Concomitantemente, el homo oeconomicus de la competencia es un empresario de sí mismo. La lógica empresarial, en particular de la empresa financiera, pasa a colonizar toda la vida”.

Además, explicó que Foucault habla de biopolítica y salta al neoliberalismo porque este último es un problema biopolítico. “Una de las genialidades de Foucault es que él advierte que no se puede explicar el fenómeno del neoliberalismo ni desde una postura marxista ortodoxa ni desde una mala lectura de Max Weber”, puntualizó.

Horacio Ferber, por su parte, disertó acerca del Tratado de Salamanca, “que es un documento que marca a nivel mundial las políticas de inclusión y es ahí donde se empieza a trabajar de forma indistinta con integración e inclusión”, detalló. En este marco, sostuvo que “el concepto de inclusión tiene que ver con la aceptación de lo que es diferente” y agregó que “es una concepción de vida, una práctica, una concepción política”. Asimismo, resaltó: “Cuando Robert Alexy plantea el concepto de diversidad dice que hay que legislar en forma diferente porque son diferentes grupos”. Más tarde, se preguntó si la inclusión debe considerar algo de lo específico o de lo general porque, por ejemplo, no es lo mismo hacer un proceso de inclusión de los pueblos originarios que de personas con discapacidad. Finalmente, Ricardo Rabinovich-Berkman se refirió a la novela The Handmaid's Tale, de Margaret Atwood. “Esta es, tal vez, la novela más biopolítica que haya leído”, introdujo y añadió que “está influida por el pensamiento de Foucault y ha ido incluso más lejos que este pensamiento. La novela permite llevar a lo social pensamientos de tipo abstracto”. En cuanto al contexto de la novela, detalló que se desarrolla “en la extraordinaria construcción de una sociedad en un futuro cercano, basada en un régimen teocrático de base puritana, calvinista, en la Nueva Inglaterra de Estados Unidos que se llama la Republic of Gilead”. En esta República, contó, “existe una violación jurídica sistemática de las mujeres fértiles. La protagonista que es la escribe que es una criada de este régimen, es decir, una mujer que está obligada a ser violada todos los meses por su amo, dice: ‘Nada cambia de manera instantánea en una tina que va calentándose gradualmente usted se moriría hervido sin siquiera darse cuenta’”. En esta línea argumental, se preguntó: “¿Estamos hirviéndonos en una tina sin darnos cuenta?”.