¡Seguinos!

Proyecto de Nuevo Régimen de Estudios

Buscar

3) A- SOBRE EL CURRICULUM UNIVERSITARIO

  • Notas

El diseño curricular y la organización académica que adopta una determinada Facultad, dentro de la Universidad, están íntimamente vinculados entre sí, así como también lo están con la perspectiva de enseñanza que tiene la institución universitaria.1

Así, en el diseño y evaluación de los planes de estudio de las carreras universitarias se deberían consideran varias presiones que sobre ellos convergen:

  • La tendencia profesionalizante por la que se pretende responder a un perfil muy específico de un área profesional determinada, lo cual está en función de criterios específicos de las profesiones y también de exigencias del mercado de trabajo;
  • La disciplina y su desarrollo más reciente lo que determina las orientaciones, especialidades y subespecialidades que deben ser promovidas a través de la formación sistemática que se brinda desde las instituciones de educación superior universitaria. Esto último también se encuentra influido de diversa manera por los intereses que los profesores o las instituciones privilegian;
  • La presión por promover una formación general en todos los estudiantes, al menos al inicio de sus carreras;
  • La incorporación continua de nueva información generada en los ámbitos profesionales y científicos correspondientes a la carrera, lo que afecta el diseño curricular de los programas de las asignaturas debido a que deben ser incluidos nuevos contenidos educativos. A veces, la falta de consenso sobre la definición de los contenidos, su selección y secuenciación, puede propiciar el incremento de las asignaturas o créditos que conforma el plan de estudios de las carreras.
    Como puede observarse, al considerar estas presiones sobre el diseño curricular, las profesiones y las disciplinas ejercen mucha influencia sobre el curriculum y podría decirse que, a la vez, interactúan de modo diferente según la carrera. Algunas carreras tienen un componente disciplinar más intensivo (cf. psicología) mientras que otras lo tienen en menor grado (cf. contaduría).
    Desde la perspectiva de la disciplina se enfatiza, según cada campo, la importancia de entender los fenómenos humanos en relación interpersonal, de las relaciones sociales, de las relaciones de intercambio, de las relaciones simbólicas, de las relaciones con la naturaleza, entre otras, lo cual se desarrolla a partir de teorías que se han conformado en función de una definición de su objeto de estudio y desde la tradición epistemológica que se trate (con el propósito de una comprensión más profunda de dicho objeto de estudio).

Desde la perspectiva de la profesión, por su parte, se enfatiza el desarrollo de determinadas competencias relativas a un servicio concreto a la comunidad, que establece sus propias reglas, que sigue ciertas tradiciones “profesionales” y exigencias de mercado, demanda conocimientos específicos que están continuamente afectados por los cambios que se producen en un contexto cada vez más tecnificado y sofisticado.

En este punto resulta necesario diferenciar un tema presente en algunos diseños curriculares de las carreras universitarias: la distinción entre la formación general y la formación básica. La primera tiene un valor absoluto porque cubre las distintas áreas del conocimiento científico. La formación básica, en cambio, presenta un criterio relativo debido a que sirve de fundamento o base sobre la que se asentará una formación ulterior. En algunos casos de diseños curriculares la formación general y la formación básica se superponen, solapan o complementan.

Estas definiciones deben ser consideradas en oportunidad de realizar la tarea de definición de los diseños curriculares de las carreras universitarias debido a que resultan sustanciales para la programación de la duración de las asignaturas, es decir, que sean anuales, semestrales, cuatrimestrales, trimestrales, bimestrales o mensuales. En general en los ciclos de formación básica, dada sus características y objetivos formativos, la duración de las asignaturas debería tender a ser mayor (anual, semestral o cuatrimestral). Esto se funda no sólo por el carácter propedéutico de la formación básica sino también por las características que presentan los estudiantes en sus primeros años de estudios dentro de la Universidad.2

Por su parte, los ciclos de formación profesional, especializada, focalizada u orientada podrían contemplar cursos de menor duración debido al carácter específico de estos ciclos que, en general, apuntan a la enseñanza de los avances teóricos o prácticos que se evidencian en las disciplinas. Cabe aclarar, que las definiciones que se presentan son aproximaciones generales y, en última instancia, las decisiones tomadas en cada diseño curricular respecto de estas cuestiones son competencia de los especialistas en cada disciplina, responsables de la enseñanza de las distintas carreras dentro de la Universidad.

Ahora bien, tanto cuando se proyectan los ciclos o períodos que conforman los planes de estudio de las carreras universitarias como cuando se regula sobre su gestión, se deberían tener presente aspectos tales como: la madurez del estudiante en los diferentes momentos de su trayectoria dentro de la universidad; las características de la enseñanza en los diferentes momentos del desarrollo curricular; las características de la enseñanza de las disciplinas consolidadas; la noción de integración curricular con una perspectiva profesional; la noción de aprendizaje por módulos centrados en problemas más complejos que requieren la participación de expertos de diferentes disciplinas; el perfil del docente que asume la responsabilidad de la enseñanza en los diferentes momentos e instancias del desarrollo curricular; la cantidad de estudiantes que conforman los grupos que constituyen las comisiones de trabajo práctico, las clases teóricas, los laboratorios y talleres, según sea la forma de organización de la enseñanza que se adopte.

En este sentido, y como propuesta de una estrategia de planificación académica que contemple los aspectos previamente mencionados, podría pensarse en un curriculum que prevea diferentes alternativas para su desarrollo. Esto es, principalmente, que contemple la posibilidad de ofrecer a los estudiantes distintos trayectos con diferente intensidad de cursada. Este tipo de planificación debe estar supeditado a las especificidades que presenta la enseñanza de las diferentes disciplinas científicas.

Así, en términos ilustrativos, se podría planificar una oferta de cursos regulares que prevea dos trayectos de cursado diferenciados por las duraciones de las asignaturas. Por un lado, habría una oferta de cursos que se ajuste a la duración teórica del plan de estudios, con la cantidad de cursos en los plazos teóricos establecidos y con asignaturas cuya duración fuese cuatrimestral básicamente. Esta oferta estaría destinada para los estudiantes que deseen y puedan tener una dedicación alta de su tiempo a los estudios, de modo de sostener un ritmo de cursada intenso que les permita asistir a las clases, leer la bibliografía de las asignaturas, realizar las actividades de enseñanza y las de aprendizaje (cf. investigar, presentar trabajos prácticos, asistir a la biblioteca) de forma de poder graduarse en los plazos teóricos previstos.

Por otro lado, esta misma planificación académica podría programar también una oferta de cursos de asignaturas cuyo dictado sea principalmente anual. Esta oferta estaría destinada para cubrir las necesidades de formación de aquellos estudiantes que por diversos motivos puedan o deseen cursar las asignaturas de su carrera con una intensidad de estudios no tan exigente como en el primer grupo de alumnos. De esta última forma, se estaría adecuando la oferta académica a las necesidades y demandas de los estudiantes en función de sus tiempos materiales, promoviendo un ritmo de estudio más lento pero efectivo en cuanto a los aprendizajes y al desempeño académico logrados.


1 En muchos casos, la forma de planear el plan de estudios de una carrera universitaria consiste en hacer una lista de las disciplinas indispensables para la profesión o ciencia que se trate. De esta forma el plan de estudios está constituido por un conjunto de disciplinas organizadas en tal forma que lo que se aprende de ellas inicialmente sirva para aprender lo que ofrecen las ulteriores, en una secuencia que va desde las materias básicas o teóricas a las materias aplicadas. Esta forma tradicional de planeamiento del plan de estudios por disciplinas es sólo una de las muchas de las que se puede adoptar para el diseño curricular.
Una alternativa para estructurar la enseñanza consiste en enfocar, no las disciplinas sino los procesos o fenómenos importantes del campo de estudio, estudiándolos en la forma compleja como ellos se presentan en la realidad y aportando al aprendizaje de cada proceso, las contribuciones de las diversas disciplinas. Este tipo de diseño curricular es el interdiciplinario o integrado.


2 Se hace referencia a las características de aprendizaje que presentan los estudiantes en los primeros años de la carrera, y que tienen que ver con la organización curricular y disciplinar de la escuela media, como así también con los hábitos de estudio allí adquiridos.